REFLEXIONES SOBRE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER
Diante desta reportagem "La mayoría de los brasileños justifica la violación", de Juan Arias (abaixo), postada por um amigo argentino em um Grupo do qual faço parte, escrevi ali algumas ideias e, tendo em vista a alta e grave importância do assunto, compartilho aqui: “Leo el reportaje y os digo que no me gustan, para nada, los “sondeos”. Me dan la terrible impresión de que hay manipulación y de que los hechos (graves!) se convierten en simple números o en casi nada. A lo mejor, estas encuestas también están a servicio de algo menos entrañable: entretener, destraer y desvirtuar la atención sobre los asuntos políticos (corrupción, por ejemplo) en mi país. Pero, del reportaje, me quedo con esto: “quizás los brasileños hayan pecado de sinceridad, porque, en realidad, a pesar de todo el movimiento feminista, en el mundo el machismo sigue vivo”. Sí, es certo, Juan Arias, sigue muy vivo, desde siempre y en todo el mundo! Sólo para empezar, yo me acuerdo de que, cuando estaba en Madrid a escribir mi tesis doctoral sobre el tema de la discriminación y violencia contra la mujer (2002-2004), me sorprendía – y mucho! - que en algunas sentencias de los Tribunales españoles, en los casos de violación, los jueces “benevolentes y solidários, perdonaban” al violador bajo el argumento de que las “chicas llevaban minifaldas...” O que “a la señora de 60 años le han hecho um favor”(!). Hay una frase clásica y paradigmática “Si ya vives com um hombre, qué haces en la calle buscando que te violen?!” Bueno. Si ni las mujeres que llevan burka están a salvo de violaciones! El problema no son los trajes que llevan las mujeres en el cuerpo sino las ideas que llevan en la cabeza algunos hombres (y mujeres!). El Patriarcado sostiene la ideologia de que las mujeres (y sus cuerpos) “pertenencen” a los hombres y viven bajo su dominio, vigilancia y “protección”. Cosifican a las mujeres. Sí, estamos de acuerdo de que “la naturalización” de la violência es una falacia en la lógica patriarcal y que las violaciones corresponden a uno de los tipos de violencia, verdad? Vale. Lo que passa es que “bajo la etiqueta de que la agresividad es un “impulso natural e incontrolable del hombre” – a traves del cual se intenta justificar y explicar la violencia contra las mujeres -, en verdad, lo que se pretende es efetivamente ocultar y negar algo mucho más grave, es decir, las diferencias de espacio y de poder, lo que conlleva – eso sí – a dificultades todavía mayores a la reivindicación de la igualdad de derechos entre ambos (hombres y mujeres). También es cierto que la violencia contra la mujer funciona como un mecanismo de control social y sirve para reproducir y mantener el “status quo” de la dominación masculina, lo que viene confirmar la idea de que el modelo androcéntrico de sociedad favorece enormemente el comportamiento agresivo y violento del varón. (...) La violencia sexual masculina es uma práctica habitual de ámbito mundial y muy poco denunciada porque se apoya en las condiciones de ventaja que le oferece el sistema patriarcal y busca la sumisión de las mujeres a través de la utilización de su cuerpo. No se trata de la expresíon agresiva de la sexualidad; se trata de una manifestación sexual de la agresión masculina. (...)”. Estos son algunos tramos de las ideas articuladas en mi libro “Discriminación y violencia contra la mujer: Uma cuestión de Género” - Nuria Fabris Editora, Porto Alegre, Brasil, 2011, pp. 338-9 y 399 (con lo cual pido permiso para divulgarlo en este espacio). Para terminar, veo con un cierto temor lo que dice Juan Arias, al final del reportaje, cuando recuerda que “lo más grave del resultado del sondeo de Brasil es que el 66% de los entrevistados y que justifican que la mujer sea violada si aparece en público “provocando” con su ropa corta, eran mujeres.” Y que, por eso, “la lucha está en las manos de ellas que deben defender su dignidad de seres libres, dueñas de su cuerpo y de su sexualidad.” Está muy bien, pero por que transferir responsabilidades y cruzar los brazos?? Tenemos todos, hombres y mujeres - machistas o no - la obligación de cambiar todo esto que no depende, necesaria y unicamente, del comportamento femenino y de los trajes que llevan las mujeres. Es muy cómodo decir que esto es asunto sólo de mujeres! La paradoja del cambio pasa por las ideas, hoy em día, y desde siempre, encubiertas y camufladas por falsos tópicos, imágenes, prejuicios, estereotipos, perversos y antiguos conceptos y por toda la gama de posibilidades de discriminación y desigualdad hacia la mujer. En fin, podría yo decir más cosas, pero por ahora me quedo aqui.
Lucia Barros Freitas.
02.04.2014.
La mayoría de los brasileños justifica la violación
"Ha causado impresión elresultado de un sondeo realizado por el Instituto deEconomía Aplicada (Ipea) con un muestrario de 3.810 entrevistas a nivel nacional, que revela que la mayoría de los brasileños, el 65%, justifica que la mujer pueda ser violada cuando sale a la calle ligera de ropa o vestida sexy.
Enseguida ha llovido un diluvio de análisis acusando a Brasil de machista, de atrasado y conservador. ¿Piensan así sólo los brasileños? ¿Y si ese sondeo se realizara en los otros países deAmérica Latina? ¿Y en Europa? Según algunos psicólogos, quizás los brasileños hayan pecado de sinceridad, porque, en realidad, a pesar de todo el movimiento feminista, en el mundo el machismo sigue vivo.
Si ya no se duda, como lo había hecho Santo Tomás, el gran doctor de la Iglesia,que las mujeres tengan alma, se continúa sin embargo admitiendo, consciente o inconscientemente, que la mujer sigue siendo inferior y que de un modo u otro continúa siendo propiedad del hombre, sobretodo de los maridos.
La diferencia consiste quizás en que en algunos ambientes ya no se confiese esa realidad para no aparecer retrógrados, pero en el fondo se sigue pensando igual o parecido al resultado del sondeo brasileño.
Según ha destacado en el diario O Globo, la antropóloga, Miriam Goldenberg, que lleva media vida estudiando el comportamiento de sumisión de las mujeres, lo más grave del resultado del sondeo de Brasil es que el 66% de los entrevistados y que justifican que la mujer sea violada si aparece en público “provocando” con suropa corta, eran mujeres.
Según la antropóloga, el sondeo ha revelado lo “indecible”, lo que pocos se atreven a verbalizar, es decir que la mujer “se culpa a si misma de ser mujer”.
Aquí, las mujeres que se han sentido ofendidas con los resultados del sondeo han creado un movimiento de protesta en Facebook bajo el eslogan: “Yo tampoco merezco ser violada ("estuprada”, en Brasil) y han postado una foto de ellas desnudas hasta la cintura y con el eslogan escrito sobre los pechos.
A la llamada en las redes sociales se han asociado también, en solidariedad con las mujeres varios hombres, más bien jóvenes, mientras que otros hicieron chistes de mal gusto.
El site, a la hora de escribir este blog tuvo que ser retirado de internet porque algunos habían amenazado con violar a la responsable del mismo. Hubo hasta una amenaza de “estupro colectivo” a las que estaban participando.
¿Cómo salir de esa situación que debería ser impensable en nuestro mundo moderno, desinhibido, donde el sexo ha sido hasta banalizado y nadie – se dice- se escandaliza ya de nada?
Según los expertos, sólo las mujeres podrán poner fin a ese machismo con su actitud de rechazo de su subordinación a los varones. No pueden ni deben esperar a que sean ellos los que cambien de mentalidad, aunque muchos jóvenes lo estén haciendo, quizás, más por mérito de las mujeres que de ellos.
La lucha está en las manos de ellas que deben defender su dignidad de seres libres, dueñas de su cuerpo y de su sexualidad.
Esperar a que sean los hombres los que les resuelvan el problema, sería una vana quimera. La lucha es de ellas. Y en realidad ya ha comenzado.
Si ese sondeo se hubiera hecho por ejemplo en España en los años 50, en plena dictadura militar, que como todas las dictaduras era machista, no hubiera sido sólo el 65% que habría justificado la violación cuando la mujer se presenta, según el hombre, provocadora en su ropa, sino el cien por cien.
Las cosas cambian lentamente, pero cuando las aguas empiezan a desbordarse es difícil ya detenerlas."